La Criminalidad Urbana en México

La Criminalidad Urbana en México.

Una ciudad fallida es un conglomerado urbano en el cual el gobierno y los demás actores estratégicos de la sociedad urbana han perdido el control y su capacidad de gestión para enfrentar las problemáticas y las oportunidades sociales.
El objetivo de este artículo radica en mostrar la criminalidad como un indicador de la pérdida del control del territorio en ciudades mexicanas. En esa proyección, se identifican urbes que sufren el impacto de la dinámica criminal y se encuentran ubicadas dentro de las cincuenta ciudades más violentas del mundo en 2018. Las urbes escogidas para el análisis muestran desproporcionadas tasas de homicidios por cada cien mil habitantes. Estos conglomerados urbanos se caracterizan por altos niveles de ingobernabilidad que recaen sobre alarmantes índices de inseguridad y criminalidad que alimentan el colapso del dominio territorial y por ende la crisis del monopolio legítimo de la fuerza y la violencia a escala local. No se trata de una disfuncionalidad atribuible exclusivamente a contextos urbanos mexicanos, también la sufren localidades de otros rincones del planeta.
Según el Índice Global de Paz 2018, México se encuentra entre los 25 países menos pacíficos del mundo, ubicándose en el puesto 140 de los 163 incluidos en dicha medición. Es el país con el nivel más bajo de paz en la región de Centroamérica y del Caribe. El estudio establece que este país permanece sumido en la violencia doméstica y en la producida por la lucha contra el narcotráfico
La Directora de Amnistía Internacional para las Américas, Erika Guevara, con ocasión del informe 2016 de esa organización; puso de manifiesto que “la respuesta ineficiente de los propios Estados para proteger a la población, es invisibilizada por las propias instituciones, que en su ánimo de fomentar la atracción de inversiones extranjeras, ocultan las problemáticas del país”. Un claro ejemplo de ello, comenta Guevara, es México, donde los números ya han sobrepasado la proporción de alarma, con 27.000 desaparecidos, 200.000 personas que han perdido la vida en la guerra contra el crimen organizado y otros miles de desplazamientos forzosos para huir de la violencia ((EFE, 2016).
Estas dinámicas han colocado a esta nación con una cercanía con la concepción de Estado fallido. Max Weber caracteriza al Estado como la organización de base territorial que reclama para sí misma el monopolio legítimo de la violencia en dicho territorio. En algunos lugares del mundo hay estados que pierden el control físico sobre su territorio o el monopolio legítimo del uso de la fuerza. Según el Índice de Estados Fallidos 2018 Fund For Peace, México se encuentra en estado de Advertencia elevada.
Estos datos no ocurren en el vacío. Según la OCDE, en México no hay cambios significativos en la reducción de la pobreza en los últimos veinte años, debido a la reducida tasa de crecimiento económico y a la desigual distribución de los ingresos. En el 2012, 53,3 millones de habitantes se encontraban en condición de pobreza, lo cual representa el 45% de la población, de las cuales el 68.6% vivían en zonas urbanas Según ese mismo diagnóstico, 11.5 millones de personas se encontraban en pobreza extrema, es decir el 9.8% de la población total. La mitad de esa población en condición de pobreza extrema se encuentra en zonas urbanas.
Según diversas fuentes oficiales, la población de México en 2016 es estimada en 116.9 millones de habitantes. Según el Banco mundial, el 79 de esa población se encuentra en zonas urbanas. Esta impronta ha traído pesadas cargas a las administraciones de los contextos urbanos, que recaen sobre problemáticas de gobernabilidad urbana, las cuales tienen que cargar con las realidades de pobreza, desintegración social e inseguridad que les atañe.
La delincuencia y la seguridad pública están en el centro de la atención de los mexicanos. Según Latinóbarómetro (2018) el 28% de la población manifiesta que la delincuencia y la seguridad pública es el principal problema del país. Ese mismo estudio revela que el 81% no confía en la policía, indicadora que revela el estado de indefensión de los ciudadanos ante el crimen.
Este escenario ha traído consecuencias en la inseguridad y los índices criminalidad urbana. En el año 2018, quince urbes mexicanas fueron consideradas dentro de las cincuenta ciudades más violentas del mundo, dentro del estudio de la ONG mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CSJP). En esos quince contextos urbanos asesinaron 8.306 personas.
En México, el Centro de Seguridad Urbana y Prevención (2014) establece que “en la medida en que la ciudad se expande, el control político y territorial disminuyen, la gobernabilidad se debilita y con ella la atención para mejorar la calidad de vida y los espacios dignos para el desarrollo personal y humano. Esta ciudad construida alrededor de fuertes intereses económicos, en los vacíos de la democracia local debilita la gobernabilidad, llegando a hablarse de una ciudad fallida”.
Precisamente una ciudad fallida es un conglomerado urbano en el cual el gobierno y los demás actores estratégicos de la sociedad urbana han perdido el control y su capacidad de gestión para enfrentar las problemáticas y las oportunidades sociales; implicando una sístole de gobernabilidad urbana, corrupción estratégica, abulia urbana, crack urbano y pérdida del control del territorio.
Tijuana es la ciudad más violenta de México y del mundo. En el 2018 asesinaron 2640 personas, exhibiendo una tasa de 138.26 homicidios por cada cien mil habitantes. En el periodo 2013-2018 se ubicó dentro de las cincuenta ciudades con los más altos índices de homicidios del mundo, con tasas que fluctuaron entre 29.90 y 138.26 por cada cien mil habitantes.
 
Tabla 1.Homicidios Tijuana 2013-2018

Fuente: Elaboración propia con base en CSJP
En el periodo examinado asesinaron en Tijuana 7.114 personas. En este periodo se nota una tendencia de más de quinientos homicidios anuales en alza hasta 2.640. El incremento es atribuido por las autoridades a la reactivación de la disputa del territorio entre organizaciones criminales entre las que se destacan el Cartel Jalisco Nueva Generación, el de los Arellano Félix y el del Pacifico (Sinaloa).
La condición de polo de atracción de migrantes buscando empleo y soñando emigrar hacia Estados Unidos, le ha convertido en la ciudad más poblada del Estado de Baja California. Las altas tasas de población se mezclan con indicadores de pobreza. Según CONEVAL, en Tijuana el 32.8% de la población se encuentra en estado de pobreza y el 3.5% en condición de pobreza extrema.
Acapulco es la segunda ciudad más violenta de México y la segunda a nivel mundial. En el 2018 se registraron 943 homicidios dolosos, exhibiendo una tasa de homicidios de 110.50 por cada cien mil habitantes. La capital del Estado de Guerrero muestra una dinámica homicida recurrente. En el periodo 2010-2018 estuvo fluctuando en puestos relevantes dentro del ranking de las 50 ciudades más violentas del planeta. Duplico los homicidios ocurridos en el año 2010 en relación con años venideros En la tabla 2 se muestra dicho comportamiento.
 
Tabla 2. Homicidios Acapulco Periodo 2010-2018

Fuente: Elaboración Propia
Estos registros indican que en Acapulco han asesinado 8.107 personas en el periodo examinado, mostrando el pico más alto en el año 2012 con 1.170 homicidios y una tasa de 148 homicidios por cada cien mil habitantes
La pérdida del control del territorio en esta ciudad, está correlacionada con un marcado crack urbano que se encuentra asociado a la pobreza, el desempleo y la alta tasa de población,
Acapulco tiene la población más pobre del Estado de Guerrero. En el año 2016, el 51.6% de la población se encontraba en estado de pobreza, es decir 406 mil personas. También es la ciudad con mayor porcentaje de habitantes en pobreza extrema; 107.048 personas se encuentran en esa condición, es decir el 13.6% de la población.
Esta ciudad convive con la pobreza. En el 2013 se exhibía como la urbe mexicana con el mayor porcentaje de habitantes en pobreza extrema del país, según una revelación del Subsecretario de Desarrollo Comunitario y Participación Social de la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL). Este funcionario precisó que en la zona urbana de Acapulco, viven 687.100 habitantes, de los cuales 334.000 se encuentran en extrema pobreza.
En Acapulco, los menores de edad no están exentos de la vulnerabilidad y la violencia. La Unicef, ubica a esta ciudad entre las dos primeras ciudades mexicanas, junto con Cancún, donde más de 20 mil niños y adolescentes son explotados sexualmente (La Jornada, 2015).
Ciudad Victoria es la cuarta ciudad más violenta de México y del mundo. En el 2018 asesinaron 314 personas, registrando una tasa de 86.01 homicidios por cada cien mil habitantes. Se ha ubicado recalcitrantemente entre las cincuenta ciudades más violentas del mundo entre 2012 y 2018, debido a su relativa escasa población que contrasta con el alto número de homicidios, lo cual dispara la tasa de homicidios.
 
Tabla 3. Homicidios Ciudad Victoria 2012-2018

Fuente: Elaboración propia con base en CSJP
En ciudad Victoria han asesinado 1.425 personas en el periodo examinado. Entre 2012 y 2018, se observa una tendencia creciente de la escala homicida.
Juárez es la quinta ciudad más violenta del Mundo. En el 2018 asesinaron 1251 personas, registrando una tasa de 85.56 homicidios por cada cien mil habitantes. Entre 2016 y 2018 ha registrado un incremento desproporcionado de la tendencia homicida. En ese trienio se cometieron 2672 homicidios.
 
Tabla 4. Homicidios Juárez 2016-2018

Fuente: Elaboración propia con base en CSIP
En Culiacán asesinaron 585 personas en 2018, mostrando una tasa de 60.52 homicidios por cada cien mil habitantes. Ocupa el puesto 16 dentro de las cincuenta ciudades más violentas del mundo. En el periodo 2010-2018 siempre se ubicó dentro de las 24 ciudades con mayor índice de homicidios del mundo, con tasas que han fluctuado entre 42.17 y 87.81 homicidios por cada cien mil habitantes.
 
Tabla 5. Homicidios Culiacán 2010-2018

Fuente: Elaboración propia con base en CSJP
En el periodo examinado asesinaron en Culiacán 5.069 personas, fungiendo el año 2010 con la tendencia homicida más elevada con 754 homicidios, apareciendo en esa anualidad como la novena ciudad más violenta del mundo.
La capital del Estado de Sinaloa alberga 923.546 habitantes. En Culiacán el 29.8% de la población se encuentra en estado de pobreza (CONEVAL, 2012). La disputa por el control del territorio y tráfico de estupefacientes de parte de organizaciones criminales es una de las marcadas dinámicas influyentes en la dinámica homicida de esa ciudad.