Ciclo electoral en América Latina

Ciclo electoral en América Latina

Gobernanza

Un repaso a las numerosas citas electorales latinoamericanas de 2013-2014, marcadas por cambios socioeconómicos, necesarias políticas sociales, movimientos reivindicativos y procesos globalizadores.

El año 2014 viene marcado por una intensa actividad electoral en América Latina con la celebración de siete elecciones presidenciales en El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Brasil, Uruguay y Bolivia, a las que hay que sumar las elecciones legislativas en Colombia y República Dominicana. En tres de estos siete países, sus gobernantes buscaban la reelección: Juan Manuel Santos en Colombia, Dilma Rouseff en Brasil y Evo Morales en Bolivia.
Si tenemos en cuenta que durante 2013 se celebraron elecciones presidenciales en Ecuador, Venezuela Paraguay, Chile y Honduras, además de legislativas en México y Argentina, nos encontramos con una agenda electoral, similar a la del periodo 2009-2012 en el que tuvieron lugar 17 elecciones presidenciales.
Dado que durante la última década se ha producido un importante cambio social en la región con la irrupción de nuevas clases medias, -debido fundamentalmente al alto crecimiento económico en América del Sur, aunque menor en México, Centroamérica y Caribe, y a la generalización de las políticas sociales-, que reclaman una mayor calidad de la educación, la sanidad, el transporte y la seguridad, entre otras, el análisis del comportamiento de este estrato social se revela de gran importancia, ya que, en alguna medida, pueden determinar la agenda política de las distintas fuerzas que concurren a las elecciones.
En la actual coyuntura, en caso de que se prolongue la actual desaceleración económica, podrían producirse serios problemas sociopolíticos ya que los gobiernos contarían con menos ingresos, lo cual redundaría en déficits y menor margen de acción para sostener el gasto social y el malestar ciudadano podría incrementarse. En este sentido conviene tener en cuenta las manifestaciones que han tenido lugar en los últimos meses en Chile, Brasil y Argentina, pasando por Colombia, Perú y México.
Si a ello se agrega una debilidad social que se viene arrastrando desde hace décadas con altos niveles de pobreza – que si bien han disminuido significativamente siguen afectando a un tercio de la población- y la tasas más altas del mundo en desigualdad social, nos encontramos con una combinación sumamente compleja que, si bien no atenta contra la continuidad de la democracia, sí podría afectar significativamente a la calidad de la misma y a la gobernabilidad. La respuesta a esas demandas o la no satisfacción de las mismas, será crucial para determinar el futuro de las sociedades latinoamericanas.
Por otro lado, el proceso de globalización y el creciente proceso de integración regional, UNASUR, CELAC, conforman un panorama de interdependencia en el que los resultados electorales en cada uno de los países analizados, tendrán, sin duda, incidencia en el conjunto de la región, o cuando menos, en los países del entorno.

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